Como ya he comentado en algún post anterior, en este último año ha habido una explosión de bebés a mi alrededor. De repente parecía que aparecían embarazos por todas partes y claro, yo aproveché para explorar por la web a ver qué encontraba que pudiera hacer de ganchillo. Y ¡¡oh sorpresa!! resulta que hay cosas increíbles. Esta cajita se compone de un sonajero, unos patucos tipo Converse (¡que me encantan!) y un gorrito muy cuco, todo para dar la bienvenida a Vera, la nena con la carita más simpática del mundo.
El gorrito que completaba el kit
A quien me conozca le puede extrañar que haya usado el color rosa, que no me hace especial gracia pero no fue idea mía. Siempre que hago un regalo para un bebé intento que los colores sean del agrado de sus papis, y supe que a la mamá de Vera le encantaba la combinación de gris y rosa así que....
Los patucos
Para mi sorpresa gustó tanto que después me he hartado de hacer cosas con estos colores.
Volviendo al tema de publicar labores antiguas, os traigo este simpático gorrito de fresa. Y algun@s estaréis pensando "eso no es una fresa, es un tomate". Pues no, es una fresa, o al menos terminó siendo una fresa pero se me olvidó hacerle una foto al gorrito ya terminado con sus pepiticas blancas, que convirtieron el tomate en una inconfundible fresa. Porque en realidad son los detalles finales los que determinan en qué tipo de vegetal se convertirá nuestro gorrito una vez terminado. Así, tal cual está en la foto, es un tomate. Si le ponemos algunos pequeños puntitos blancos, será una fresa y si en vez de ponerle un tallo y un cáliz le ponemos una sola hojita terminada en punta, será una manzana. Es un gorrito multifrutas.
Tejer este gorrito es de lo más sencillo del mundo, está todo tejido en punto alto con un remate final de conchas o abanicos. Si necesitáis un patrón para hacer el gorrito, yo seguí el videotutorial de la web "Lanas y ovillos" , podéis verlo aquí.
Después es cosa de dejarlo con el borde recto tal cual o ponerle una última fila de remate con el punto que más os guste.
El tallo es un tubo básico tejido en espiral como para hacer un amigurumi. Yo lo dejé vacío pero también se puede rellenar con guata para que quede más firme, sería lo ideal para hacer una manzana por ejemplo. Y el cáliz está hecho cosiendo cinco hojas básicas de ganchillo, dos más cortas que las demás. Después se cosen las hojas y el tallo al gorrito y ya está, terminado el gorro de tomate.
¿Que hay que convertir el tomate en fresa? Pues simplemente se le bordan pequeños detalles en blanco formando hileras y...¡¡Tachaaaaannnn!! Ya tenemos una fresa.
Esta vez publico una labor de ganchillo de las de toda la vida, un chal. Tengo muchas labores antiguas pendientes de publicar pero este chal no es una de ellas, es una de las cosas que he terminado recientemente pero la publico porque estoy muy orgullosa de él. No porque sea una labor complicada, qué va, es bastante sencillo de realizar pero es la primera vez que consigo terminar un chal. Tengo varios empezados por ahí, pero a la que voy más o menos por la mitad me aburro y empiezo a buscar otros proyectos más rápidos y menos pesados para hacer. Es que mi capacidad de atención es comparable a la de Dori, la simpática pez azul de "Buscando a Nemo" y cuando una labor lleva más de tres o cuatro días de trabajo tengo que aplicar toda mi fuerza de voluntad (que tampoco es mucha) para acabarla. Siempre pienso dejarlo por unos días y luego retomarlo con más ganas pero al final estos proyectos inconclusos terminan completamente olvidados al fondo de algún cajón.
Creo que conseguí terminar el chal porque lo comencé desde el extremo más largo y por tanto el más pesado de realizar, al menos para mí, porque parece que las vueltas no terminan nuuuunnncaaaaaaa . Como el chal es triangular, cada vuelta que se teje es un poco más corta que la anterior así que cuando empecé a cansarme las vueltas eran lo suficientemente cortas como para hacer al menos una entera en lo que me lleva ver un capítulo de alguna serie televisiva (si es en hora punta más, que hay que ver el ratito que te tienen viendo publicidad). Y así me fui animando hasta que una tarde decidí que o lo terminaba de un tirón o ya no sería capaz de seguir. Afortunadamente no quedaba mucho para terminar pero aún así, esa tarde se me pasó ganchilleando, aunque a mí no es que me importe, la verdad.
Detalle del punto, aunque no se vea muy bien
Si os gusta y queréis intentarlo, os dejo una foto con el patrón del punto, que yo encontré aquí, y las indicaciones exactas de cómo lo hice.
PATRÓN DEL CHAL
Material:
Lana: Yo usé 6 ovillos de Drops belle en color negro
Ganchillo del 3,5 o 4. Si cambiáis el tipo de lana, usad un ganchillo acorde al grosor de ésta.
Aguja lanera para esconder las hebras al final de la labor
Puntos utilizados:
puntos de cadeneta (cad)
punto enano (pe)
punto bajo (pb)
punto alto o vareta (pa)
punto alto triple o vareta triple (pat)
Vuelta 1: Montar un número de cadenetas múltiplo de 10+1. Yo hice 301 pero podéis agrandar o acortar el chal cambiando el número de cadenetas siempre que sean múltiplos de 10 (que corresponden a una concha) y un punto más. Recordad que si utilizáis una lana de un grosor diferente, también cambiará el tamaño de labor. Cuanto más fina sea la lana, más pequeñas serán las conchas y más puntos necesitaréis para conseguir un chal grande.
Vuelta 2: Esta vuelta no está especificada en el esquema de arriba, yo la hice para que quedara un borde más grueso pero si queréis podéis comenzar directamente por la siguiente vuelta. Una cadeneta, punto bajo en la segunda cadeneta desde el ganchillo. Un punto bajo en todas las cadenetas de la vuelta.
Vuelta 3: Una cadeneta, pb en el primer pb de la vuelta anterior. Saltar cuatro puntos y en el quinto hacer *1 cad, 1 pat, 2 cad, 1 pat, 2 cad, 1 pat, 2 cad, 1 pat, 2 cad, 1 pat, 1 cad. Saltar 4 puntos y hacer 1 pb en el quinto*. Ya tenemos la primera concha, repetir de *a* hasta el final de la vuelta.
vuelta 4: Seguir el contorno con pe hasta llegar al punto central de la primera concha (Son 9 pe). 1 cad, 1 pb en el pat central de la concha. *3 cad, 1 pa en el último espacio de 2 cad de la concha. 3 cad, 1 pa en el primer espacio de 2 cad de la concha siguiente. 3 cad, 1 pb en el pat central de la concha*. Repetir de *a* hasta el final de la vuelta.
Ahora sólo hay que repetir las vueltas 3 y 4 hasta terminar el chal.
Hoy os quiero contar una historia especial, una de esas historias a las que se llega por casualidad y que nada más escucharla (o leerla en este caso) te atrapa y hace que te impliques en algo en lo que probablemente no habrías pensado si no te encontrases en la misma situación que sus protagonistas. Es la historia del pequeño Pablo, de su mamá Beatriz y de su yaya Pilar. No puedo contar la historia mejor de lo que lo hacen ellas así que sólo haré un resumen, os dejo enlaces abajo para que quien quiera pueda conocer de forma más detallada su experiencia.
Pablo es un pequeño que tuvo mucha prisa por venir al mundo, demasiada prisa en realidad. Con tan sólo 600gr de peso y habiendo nacido tres meses antes de lo debido, Pablo y su familia tuvieron que pasar mucho tiempo en la unidad de prematuros del hospital. Allí se les plantearon muchas dudas y conocieron a otras familias que estaban pasando por la misma experiencia que ellos. Con el apoyo del maravilloso personal del hospital y haciendo un gran esfuerzo, Beatriz y otras mamás y papás de pequeños prematuros decidieron fundar la asociación de Prematuros de Aragón. Así nació ARAPREM, cuyo objetivo es ayudar a otras familias a sobrellevar los problemas y las preocupaciones, solucionar las dudas y prestar apoyo ante la llegada de un bebé prematuro.
Y estaréis pensando... ¿qué tiene esto que ver con una ganchillera? Pues nada en realidad, si no fuera por Pilar, la abuela de Pablo. Ella vio que en los largos meses que estos pequeños pasan en el hospital, se podía intentar hacer más llevadera (en la medida de lo posible) la experiencia de sus familias haciendo unos pequeños cambios en el ambiente de la unidad de prematuros tratando que se asemejara más a un entorno infantil. Teniendo esto en mente, propuso a las supervisoras del servicio cambiar las vendas que hasta entonces se usaban para envolver las cabecitas, los pies y las manitas de los peques por algo que fuese más similar a lo que se le pondría a un bebé en circunstancias normales. Para su sorpresa, ellas ya tenían algunos proyectos para conseguir este mismo objetivo y la idea de tejer gorritos para sustituir las vendas se convirtió en algo más, mucho más. Se convirtió en el proyecto ESTELAR**.
Como podéis ver, hacen muchas más cosas aparte de tejer gorritos y patucos
Y aquí es donde entro yo.
No tengo ni idea de bebés y no conocía ningún caso de familias con pequeños prematuros pero por diversas circunstancias en el último año he estado tejiendo muchos productos para bebés, buscando patrones de productos para bebés y viendo webs y blogs de productos de ganchillo para bebés. Y cuando veo algo que me gusta no puedo evitar intentar hacerlo, aunque la mayoría de las veces ni siquiera tengo un uso que darle, como ya os conté aquí. No lo puedo evitar, soy una ganchillómana y no se estar sentada (viendo una película por ejemplo) sin tener un gancho en las manos.
En uno de esos días en que estaba buscando algún patrón me encontré con una entrada en un blog en el que hablaban del proyecto Estelar, de que necesitaban gente que supiera coser o tejer en ganchillo o en punto para ayudarles a crear los productos que entregan a las unidades de prematuros y neonatos de los hospitales de Zaragoza. Al leerlo se me revolvió algo por dentro, no creo que nadie sea capaz de escuchar a Pilar y a Beatriz sin que su historia te toque el corazón. Ellas necesitaban productos de ganchillo. Yo, un uso que darles a los productos que tejo en mis ratos de ocio.
Que no hubo nada que pensar, vamos.
¿Queréis conocer la historia completa de Pablo y su familia?
Os dejo la presentación completa del proyecto Estelar y una entrevista que les hicieron en el programa "Sin ir más lejos" de Aragón Televisión:
Generalmente cuando me pongo a hacer cosas nuevas es porque he visto algo en internet que me ha llamado la atención y pienso "¡¡esto lo tengo que intentar!!". Y el pensamiento que sigue suele ser "para, María, que te conoces, ¿qué vas a hacer luego con esto?". La respuesta casi siempre es la misma, al final lo que sea que haga termina en un cajón, caja, bolsa o similar cogiendo polvo y olvidado. Me he tenido que refrenar muchas veces para no irme directa a comprar lanas para hacer algo en un arranque de emoción ganchillera.
Pero mira, con este par de novios no me pasó eso. Fue uno de esos días en el que los planetas se alinean, el señor Murphy se ha ido de vacaciones y justo encuentras lo que andabas buscando (aunque no supieras que lo buscabas). Ya no recuerdo qué es exactamente lo que andaba buscando pero de repente me encontré con esta foto:
Creación original de Adi Keren.
Podéis ver otras de sus maravillosas creaciones aquí
Me parecieron unos muñequitos monísimos por lo sencillos que son y al asaltarme el pensamiento del que os hablaba al principio se hizo la luz. ¡¡Una amiga se casaba en unos meses!! Así que me puse manos a la obra y al final, terminé con mi propia versión de la pequeña pareja de novios. Como era un regalo, también ideé una pequeña cajita en la que presentarlos (nada complicado, que lo del scrapbooking tampoco es lo mío) y así quedó el resultado final:
Los tejí con mucho cariño, y con mucho cariño fueron recibidos ¡¡casi pareció que les había regalado un tesoro!!
Para tejerlos, usé prácticamente la misma técnica que con las muñecas kokeshi, ensanchando la base de la novia para darle más aspecto de vestido y haciéndole un volante alrededor. Para el novio sólo tuve que dividir el círculo de puntos en dos y tejer las piernas por separado. Yo buscaba algo muy sencillo cuando los hice pero si queréis hacer una pareja de novios con más detalles, en el canal de "Lanas y Ovillos" tenéis un videotutorial estupendo, en concreto aquí.
Bueno, nueva temporada y nuevo contenido porque hasta ahora todo lo que había publicado eran amigurumis.
Esta vez publico una labor de ganchillo de las de toda la vida, una manta elaborada con los típicos granny squares.
Yo nunca me había planteado ponerme a hacer labores de ganchillo tradicionales, me van más los amigurumis, y menos ninguna de esta magnitud. Quienes hayáis tejido alguna vez una manta, un chal o alguna otra cosa de grandes dimensiones sabéis la cantidad de tiempo que cuesta hacerlas y lo fácil que es aburrirse a la mitad y dejarlo. Reconozco que es uno de los motivos por los que no había intentado hacer este tipo de labores, me conozco y se que enseguida me canso y me pongo a tejer otras cosas (de hecho, tengo unos cuantos proyectos fallidos de chales por ahí).
Pero cuando recibes la noticia de que una amiga va a ser mamá, la primera del grupo, que el primer miembro de una nueva generación está en camino, pues como que es algo especial. Enseguida pensé que tenía que hacerle un regalo que también fuera especial, algo que fuera único y transmitiera todo el cariño que se siente por la persona a la que va dirigido.
Al principio pensé en enviarle unos patucos pero no los típicos patucos de bebé en azul o rosa porque a mí no me va ese rollo y la futura mamá creo que tampoco. Afortunadamente los tiempos han cambiado y ya hay una grandísima variedad de patrones de patucos muy originales y divertidos por ahí. Le hice unos Converse (algún día os los enseñaré) que además están muy de moda, pero no me pareció suficiente y al final, mirando fotos de labores para bebés de muchos tipos, me encontré con el patrón de esta preciosa mantita. Me encantó y me decidí a hacerla pensando, ilusa de mí, que como iba a ser de tamaño pequeño no sería tan larga de hacer. Incluso siendo una manta tamaño bebé me costó unos meses hacer el suficiente número de grannys para armarla y un poco más para unirlos todos pero reconozco que el resultado me encantó.
Tanto el patrón de los grannys como las instrucciones para unirlos se encuentran en la preciosa página de Mariela Rodríguez culturacotonmignon.com, concretamente aquí. Es una página que me encanta, con muchos patrones tanto de ganchillo como de costura y que os recomiendo visitar. También tiene patrones de patucos sencillitos y muy bien explicados para quienes estéis empezando y busquéis cosas no muy complicadas. Y aún así quedan preciosos.
Yo usé unos ovillos mezcla de algodón y lana que son más finos que los usados en el patrón original así que tuve que hacer más cuadrados para conseguir el tamaño que quería. Supongo que usando lana más gruesa la labor no cuesta tanto de terminar, pero no quería que fuera algo excesivamente abrigado y creo que el resultado mereció el esfuerzo.
Esconder todas las hebras de los cambios de color fue mi infierno personal ganchillero, pero creo que a eso me va a tocar acostumbrarme. Por cierto que después de terminar este proyecto mi respeto hacia las personas que tejen mantas de tamaño cama de matrimonio ha crecido hasta el infinito, para mí sois l@s másteres del universo. Del universo ganchillero al menos.
Bueno, ante todo quiero pedir perdón por la calidad de las fotografías, es uno de los motivos por los que no me decidía a continuar con el blog. ¡Se ven cosas tan bonitas y cuidadas en otros sitios! No se cómo se lo monta la gente para hacerlo pero hay sitios en los que da gusto ver las fotos. Por desgracia yo se de fotografía lo mismo que de ingeniería espacial y me conformo con hacer las fotos con el móvil en la mesa de la cocina (que es el lugar de la casa con mejor iluminación, básicamente). Así que oye, hago lo que puedo pero no puedo evitar mirar con mucha envidia esas páginas en las que todas las fotos son peeerfectas. Qué le vamos a hacer.
Y dicho esto, vamos al lío. Este animalillo relleno de guata fue un regalo de cumpleaños para mi vecinita de al lado. Es uno de los que más tiempo llevan esperando en la memoria de mi ordenador y por eso decidí que sería el primero que publicaría al retomar el blog.
Es un conejito muy fácil de hacer ya que se compone básicamente de bolas y tubos tejidos en redondo y cosidos entre sí. El patrón exacto no lo se porque lo fui haciendo al tuntún y desgraciadamente no guardé ninguna anotación pero he encontrado un patrón casi exacto aquí.
Los brazos del mío son más largos, las patitas están cosidas en otra posición y les añadí unos círculos de otro color pero son tan parecidos que si queréis realizar este amigurumi podéis tejerlo fácilmente siguiendo ese patrón.
Como el muñeco era para una niña muy pequeña, decidí no colocar ojos de plástico sino hacer unos simples círculos negros y coserlos una vez terminado y relleno el conejo. La nariz son dos simples líneas de hilo cruzadas entre sí.
No, si ya sabía yo que esto de escribir un blog no iba a ser lo mío. Por algo me había resistido tanto a empezar, estaba segura de que no iba a ser capaz de mantener una rutina y que lo abandonaría enseguida. Lo que no esperaba es que la vagancia me venciera tan pronto, madre mía ¡si no tardé mas que dos semanas en rendirme!
El caso es que escribir en el blog no he escrito pero he seguido tejiendo como una posesa, así que tengo un montón de cosas para mostrar y compartir.
En fin, que por algún motivo (que nada tiene que ver con que ahora esté sin trabajo y tenga una gran cantidad de tiempo disponible, seguro) me he acordado de que allá por 2012 abrí un blog, y ya que lo tengo he decidido volver a utilizarlo. No puedo garantizar que esta vez vaya a conseguir ser constante, que me conozco.
Pero lo voy a intentar.
